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El contexto caracterizado por el Covid-19 ha puesto en peligro algunos comportamientos, costumbres… Estamos inmersos en un punto de inflexión. ¿Conseguirá la sociedad recuperar aquello que tenía? Quién sabe… Eso si, sin estar esperando a la respuesta, debemos de aprovechar las oportunidades del momento. Los puntos de inflexión son situaciones de gran incertidumbre. Situaciones que ofrecen oportunidades. Y la primera tarea de una empresa de comunicación es identificarlas adecuadamente, para posteriormente, dar pasos adecuados y eficaces. Precisamente, esa ha sido la labor de la  Agencia de Comunicación Sorland, respondiendo al encargo del Ayuntamiento de Berriz.

Mirando hacia atrás, nos acordamos de los primeros meses del Covid-19. Tras el descenso de la primera ola del coronavirus, abrieron tiendas, establecimientos del sector de hostelería… Eso si, los meses anteriores habían producido un cambio de costumbre en la población. Entre otras, aumentó notablemente la venta online, en perjuicio de los negocios locales. En este contexto, el Ayuntamiento de Berriz quiso lanzar una campaña a favor de esos comercios. Eso sí, la estrategia necesitaba tener un valor adicional. También había que darle vida al pueblo.

Eslogan abierto y extensible

Sorland elaboró un eslogan de carácter general, valido para utilizarlo más adelante en otros ámbitos y actividades (el deporte, el turismo, la cultura…): Bizi Berriz!. Es un eslogan que no pierde sentido a corto plazo, útil en proyectos posteriores (proyectos previstos y no previstos). Sorland creó una campaña basada en argumentos y de profundo discurso.

¿Por qué Bizi Berriz!? Pues bien, los pequeños comercios dan vida al pueblo. Y la ciudadanía da vida a los pequeños comercios. Tejemos nuestro pueblo compartiendo vivencias, construimos un pueblo vivo y dinámico… Además, el eslogan ofrece la posibilidad de jugar con las palabras Berriz (nombre de pueblo) y berriz (otra véz). ¡Seguro que surgirán bonitos juegos de palabras!

Además del eslogan, mediante la imagen y los argumentos, Sorland quiso sugerir ese concepto de «primavera» (no, primavera meteorológica, sino primavera emocional). En definitiva, había que dejar atrás el invierno emocional, la hibernación, el sentimiento de tristeza prolongado por el Coronavirus, etc. Para ello se utilizaron imágenes coloridas, representativas de una vida dinámica, primaveral. También se quiso trasladar ese sentimiento de esperanza y vida.

Estrategia de comunicación, en beneficio de la campaña

En Sorland distinguimos tres bloques queriendo aprovechar eficazmente los puntos fuertes de la campaña: la prensa, las redes sociales y los soportes de la calle.

En cuanto a la primera, propusimos hacer una nota de prensa y una entrevista. En ellas se explicitaron aspectos emocionales (la importancia de los comercios locales, su contribución…) y el racionales (cuántas tiendas son, cuántos puestos de trabajo, qué información sobre el sistema de bonos pusieron en marcha) de la campaña. Además, se utilizaron medios publicitarios de pago.

Sorland también elaboró una planificación para las redes sociales. En este caso, se quiso utilizar internet de forma sencilla y local, al tiempo que se impulsaba la participación ciudadana, ofreciendo, por ejemplo, la posibilidad de participar en la difusión de la campaña. Se transmitió un mensaje positivo, visibilizando la constante aportación de los comercios locales.

Por otra parte, los soportes creados sirvieron para reforzar la imagen de la campaña. Los coloridos y llamativos soportes se colocaron frente a las tiendas y comercios, queriendo resaltar la convicción que los pequeños comercios tienen de dar vida a la calle. Quisimos mostrar una calle más colorida e intensa, mostrar la ubicación de los pequeños comercios… Dichos soportes contenía el eslogan y la imagen de la campaña.